La escalada de violencia en la Franja de Gaza, gravísima en términos humanitarios y geopolíticos, da cuenta de un contexto de inhumanidad, horror e injusticia, que requiere acciones inmediatas y urgentes por parte de los sectores comprometidos y de toda la comunidad internacional.
Ante el terrible aumento de víctimas civiles, especialmente niños, niñas y mujeres, nos sentimos interpelados como organización y manifestamos que:
1. Nos unimos al llamado global por el cese inmediato al fuego y del enfrentamiento armado, los cuales han devenido en crímenes de guerra y cuya magnitud excede cualquier acción de legítima defensa.
2. Teniendo en cuenta que este no es un conflicto contingente, sino que forma parte de un complejo escenario histórico en la región, llamamos al respeto irrestricto de los acuerdos alcanzados especialmente en el marco de las Naciones Unidas1.
3. Repudiamos la instrumentalización de las retóricas religiosas para legitimar estos hechos de violencia. Admitimos la importancia de elementos religiosos en el conflicto, pero cuestionamos las lecturas que reducen la causa de la situación a diferencias entre religiones. Instamos a promover análisis amplios considerando los aspectos históricos, geopolíticos y culturales involucrados para la comprensión de los hechos.
4. Así mismo, solicitamos no generalizar irresponsablemente posiciones particulares en nombre de voces y/o comunidades religiosas. Enfatizamos que el islamismo político radical no es lo mismo que el islam, sionismo no es lo mismo que judaísmo y que sionismo cristiano no es equivalente a cristianismo. Es urgente hacer una distinción entre visiones político-religiosas fundamentalistas y visibilizar las muchas comunidades religiosas que abogan por la paz, el diálogo y el respeto a los derechos humanos, incluso desde las diferencias de posicionamiento respecto a los hechos.
5. Nos preocupa sobremanera el incremento de sentimientos y acciones antisemitas e islamofóbicas en distintos países como eco de este conflicto, lo que incrementa la polarización sobre la base de estereotipos que pueden seguir incrementando la escalada de violencia.
6. Hacemos un llamado a las comunidades religiosas y organizaciones basadas en la fe, y a las organizaciones de la sociedad civil defensoras de los derechos humanos, para que alcen sus voces en defensa de los elementos fundantes de las democracias como son: la dignidad humana, la plenitud de la vida, la búsqueda del diálogo y los derechos humanos. Necesitamos que estos sean los ejes centrales para buscar la paz, dejando de lado los sentimientos nacionalistas y los discursos de odio, en aras del respeto a la legitimidad de cada grupo en relación con sus derechos sociales, culturales y territoriales.
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¹ La resolución 242 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (1967), los Tratados de Oslo (1993) y la reciente resolución de la Asamblea General (27/10) sobre la protección de la población civil y el cumplimiento de las obligaciones jurídicas y humanitarias en Gaza.
