El triunfo de ‘La Libertad Avanza’ (Javier Milei) en las últimas elecciones primarias (PASO) en Argentina sorprendió a todo el arco político y sociedad civil ampliada tanto del país como de los países vecinos. Frente a este escenario, diversos medios de comunicación pusieron el foco en el denominado “voto evangélico”, señalandolos como los responsables de la victoria del candidato de La Libertad Avanza. Las y los evangélicos representan el 15,3% de la población del país.
Numerosos estudios de cientistas sociales locales coinciden en señalar que la noción de un “voto evangélico” unificado es difícil de corroborar en términos materiales. Lo que parece ajustarse más a la situación concreta es que el comportamiento electoral de los evangélicos no muestra diferencias significativas que los distingan de las tendencias generales de la población en su conjunto. Es decir que, en términos generales, los evangélicos votan (con algunos matices y particularidades) de manera similar a cómo lo hace el grupo socioeconómico al cual estos pertenecen. Proponemos considerar la influencia evangélica en relación a una serie de aspectos políticos y religiosos más amplios con los cuales este se relaciona, y que tienen consecuencias más profundas que su impacto directo en las elecciones.
