Por Andrés Herrera Gré.
Hace unos días estaba en una reunión de trabajo y nos preguntaron ¿cuál había sido la transición más feliz a lo largo de nuestra vida?
Como hombre trans fue inevitable pensar en mi propia transición de género. Aunque cuando empecé a compartir esta experiencia me di cuenta que había sido un momento donde dos verdades coexistían simbióticamente.
Por un lado me sentía feliz de finalmente ser Andrés ante el mundo. Y por otro, mis relaciones se verían inciertas. Al no saber cómo iban a reaccionar las personas de mi entorno frente a mi transición.
Los aprendizajes que me quedaron de esta temporada siguen siendo valiosos hoy porque me han ayudado a manejar la incertidumbre que con frecuencia visita mi vida. Mi invitación para este día es que veamos la incertidumbre desde otra perspectiva. Para que ojalá pueda dejar de ser una amenaza y se convierta en algo parecido a una ventana abierta.
Al abrir una ventana no necesariamente sabemos que habrá del otro lado. Sol, lluvia, viento, frío, etcétera. Tampoco podemos controlar lo que pasa afuera. Y efectivamente lo que esté más allá de la ventana puede afectarnos en menor o mayor medida de diversas formas. Sin embargo, de la ventana hacia adentro hay algunas certezas. Pienso mucho en mis ancestros trans, con quienes no comparto ningún marcador genético y a quienes no conocí en vida, pero sí comparto la lucha de existir en un mundo que quiere seguir negando nuestra existencia, así como nuestra humanidad.
También podemos encontrar certezas en el amor divino que nos une y que independientemente de lo que pase al otro lado de la ventana no puede ser quebrantado. Este amor puede ser sanador y movilizador, tanto para nosotros mismos como para nuestras comunidades.
Por último, la ventana de la incertidumbre me recuerda que aunque deje de mirarla sigue allí. Esto no significa que tenga que dominar mi vida, ni invadir mis días, sino que puedo verla y saber que su naturaleza es estar presente y mostrarse por ciclos, que seguirá y volverá y quienes deban estar a nuestro lado estarán para acompañarnos en este baile incierto del que todos somos parte.
