SIN TABÚ. RELIGIONES Y DIVERSIDAD SEXUAL EN AMÉRICA LATINA

Hugo Córdova Quero

«En las sociedades contemporáneas en las que vivimos, no es fácil asumirse como parte de la diversidad sexual1, mucho menos públicamente. Se hace más difícil si a eso se le agrega profesar una fe particular. Siglos de discriminación y prohibición han dejado huellas en el continente. Uno de los obstáculos más frecuentes —más allá de las discriminaciones— parece ser la imposibilidad de que las familias consideren que sus hijas o hijos vivan una vida “normal”. Por “normalidad” generalmente se entiende en ese contexto que una persona se case, tenga hijas e hijos y o que tenga reconocimiento social, entre otras. Por supuesto, a la hora de pensar en el casamiento, muchas familias sueñan con la boda en el Registro Civil, la ceremonia en la Iglesia Católica Romana y una gran fiesta de casamiento. Parece que tanto para individuos como para familias la realidad de que alguien sea gay, lesbiana, bisexual, transgénero o intersexual echa por tierra todos esos sueños. Muchas veces un sentimiento de fracaso y frustración envuelve la cotidianidad de personas y familias, acompañado con la pregunta de muchas madres o padres acerca de “¿qué fue lo hice mal?”.

Esto plantea una disyuntiva pues al hablar de casamiento religioso, surge la pregunta sobre la resistencia que “la religión” tiene hacia la diversidad sexual. Sin embargo, nos preguntamos: ¿Es verdad que estos sueños se rompen cuando recibimos la noticia de que nuestra hija o hijo es gay, o alguien en la familia es lesbiana, o un vecino es transgénero? ¿O existen posibilidades reales en América Latina para que esta situación sea diferente? Sobre todo, las personas de la diversidad sexual, ¿Son “normales”? ¿Se pueden casar? ¿Se puede ser cristiana/o y gay? ¿Es cierto que mi hijo se va al infierno por ser gay? ¿Hay alguna iglesia que acepte a las personas de la diversidad sin condena? ¿Qué sucede en otras religiones?

A lo largo de este escrito, he optado por usar el término “personas de la diversidad sexual” en el mismo sentido que el término “queer” es usado en el idioma inglés a los efectos de marcar la fluidez de la sexualidad y la inclusión de personas heterosexuales que no se conforman a la ideología heteropatriarcal y que forman parte de la disidencia sexual. Aunque hubiera podido usar el término “queer” porque conlleva este sentido, el mismo es muchas veces rechazado y otras veces desconocido en nuestro continente.

En los capítulos siguientes trataré de responder a estas preguntas desde una perspectiva interreligiosa y queer. Debido a ello, este libro tiene dos objetivos, a saber: por un lado, busca responder a esos interrogantes desde la perspectiva de las religiones. Dentro del cristianismo nos referimos no sólo a la Iglesia Católica Romana sino también a otras iglesias como, por ejemplo, la Iglesia Metodista, la Iglesia Luterana, las Iglesias Ortodoxas, o las Iglesias Pentecostales, por nombrar algunas de las muchas Iglesias Cristianas que viven su fe en nuestro continente. No solo eso, sino que también existen otras religiones más allá de la cristiana, como el judaísmo, el islam, el budismo, el hinduismo, las corrientes religiosas con raíces africanas —umbanda, kimbanda, candomblé, palo, santería, las corrientes religiosas con raíces asiáticas —Iglesia Mesiánica, Soka Gakkai— y las espiritualidades presente entre los pueblos originarios en el continente desde antes de la llegada de los conquistadores europeos. América Latina es un continente diverso religiosa y culturalmente; las personas viven su fe más allá de los confines de la Iglesia Católica Romana.» (de la Introducción)

Descargar